AMOR DE MI VIA

AMOR DE MI VIA
SIMONCITO

miércoles, 28 de mayo de 2008

martes, 27 de mayo de 2008

HISTORIA POLITICA DE COLOMBIA

HISTORIA POLITICA DE COLOMBIA
INTRODUCCIÓN

La vida política colombiana está íntimamente ligada a los partidos políticos, en concreto, a los partidos políticos tradicionales: el Partido Liberal y el Partido Conservador. Ambos partidos políticos definirán lo que se podría considerar como una ruptura social, y durante el siglo XIX y principios del XX dividirán a la población colombiana entre elites y masas, proletarios y burgueses, campesinos y habitantes de la ciudad, etc. Serán estos dos partidos los que monopolizarán el gobierno colombiano durante el siglo XIX con concepciones divergentes del estado y del papel de la iglesia. El Partido Liberal representaba tendencias reformistas y federalistas mientras que el Partido Conservador apostaba por un estado fuerte y centralista y por la iglesia como institución fundamental en la sociedad y política colombianas. En base a les diferencias irreconciliables entre los partidos políticos y la lucha por el poder en Colombia se vivieron seis guerras civiles reconocidas (1815, 1860, 1876-77, 1885, 1890-1902), una guerra civil no declarada (1948-1957, período conocido como La violencia). Actualmente el país vive otra guerra civil, que comenzó en 1980, y en la que se integran diferentes aspectos y actores. Sin embargo, se considera que Colombia es uno de los países sudamericanos con una tradición democrática más sólida y larga, en contraposición con otros países de la región, Colombia sólo ha vivido una dictadura militar en el siglo XX, entre los años 1953 y1957 dirigida por el general Rojas Pinilla.
Así pues, los partidos Liberal y Conservador han polarizado la vida política del país siendo la violencia, plasmada en luchas internas, una constante en el enfrentamiento de los dos partidos durante el siglo XIX y primera mitad del XX. Un enfrentamiento mediante el cual se intentaba imponer un determinado modelo estatal. Este fenómeno se traducirá en una larga serie de constituciones y reformas constitucionales.
HISTORIA CONSTITUCIONAL
La primera constitución colombiana, en la que se perfila institucionalmente el país, es la Constitución del Estado libre e independiente de Socorro, firmada el 15 de agosto de 1810. Esta constitución se caracterizaba por ser de inspiración liberal, siendo el sistema federal la forma de gobierno escogida. El texto fundamental de Cundinamarca (1811), producto de la Junta Suprema de Santa Fe, reconocía a su vez, como forma de gobierno la monarquía constitucional siempre que el monarca residiera en el territorio nacional, admitía la división de poderes y regulaba las elecciones. Pero su aplicación no fue de carácter nacional. Durante la proclamación de su independencia, las provincias de Cartagena, Antioquia, Neiva, Pamplona y Tunja, tuvieron sus constituciones.

Pero no fue hasta 1819, con la batalla definitiva por la independencia, cuando Colombia se articulará como un estado. De esta manera, el 17 de diciembre de 1918, el Congreso de Angostura aprobó la Ley Fundamental de la República de Colombia. En este contexto la Colombia independiente se articulaba en tres grandes departamentos: Cundinamarca, Venezuela y Quito. El uno de enero de 1821, el Congreso de Cúcuta promulgó la Constitución, en la que se establecía una república centralista con división de poderes. El 27 de agosto de 1828 se implanta la dictadura de Bolívar. Dos años después, y una vez ser un hecho la ruptura de la Gran Colombia, se promulga otra Constitución, similar a la de 1821, que estableció un Congreso bicameral de elección popular y un ejecutivo fuerte con un mandato de ocho años.

Entre 1830 y 1849 los conservadores están en el poder y se empiezan a profundizar las diferencias entre los dos partidos definidos respecto a las formas de organización del estado: el federalismo (en el caso de los liberales) o el centralismo (en el caso de los conservadores).

En 1833, se promulga una nueva Constitución que establecía un estado federal con más autonomía de las provincias y separación de poderes, con un legislativo bicameral y un ejecutivo elegido popularmente y sin derecho a la reelección inmediata.

1843 fue el año en que se promulgó una nueva constitución que creó un estado centralizado. Como las constituciones de 1821 y1830, fue una carta de tipo conservador. Con el ascenso del Partido Liberal al poder en 1849 se promulgó una nueva constitución en 1853 que estableció la libertad de culto y la separación entre iglesia y Estado, así como el derecho de reunión y el sufragio universal limitado por la edad. Se establecía la elección popular del presidente y del vicepresidente de la República, de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el procurador general de la nación, los senadores y representantes de la República, y los gobernadores departamentales. Este último aspecto supuso la ruptura del centralismo estatal.

La Constitución de 1853 permitió un marcado federalismo que dio como resultado la creación de diversos Estados, entre ellos se encontraban Panamá (1855) o Antioquia (1856). La creación de nuevos Estados se realiza dentro de un marco político caracterizado por la centralización. De este proceso se derivó la Confederación Granadina (1858) en que se reconocían ocho estados confederados que delegaban competencias en el poder central. Después de una guerra civil, el general Mosquera, en este período (1861-1864) de ideas liberales, puso las bases para la promulgación de la Constitución de los Estados Unidos de Colombia de 1863 (o Constitución de Río Negro). En esta constitución se afirmaba el carácter federal de la nación, con el reconocimiento autonómico de los Estados, el ejecutivo (elegido por los Estados que establecían sistemas electorales propios) volvía a ser débil respecto al legislativo. Esta Constitución era de carácter liberal, tendencia que en el texto se hacía patente en el apartado de derechos y deberes de los ciudadanos y de talante anticlerical.

El período denominado como la Regeneración se caracterizó por la in funcionalidad del Estado federal y por el caos, y es de este período del que surge la Constitución de 1886 vigente hasta 1991. Si el período regeneracionista empezó como período liberal (de 1882 a 1884) acabó siendo rechazado por la clase dirigente, contribuyendo a la marginación del liberalismo y llevando al estadillo de la guerra de los Mil Días (1889-1903), como consecuencia de esta crisis institucional Estados Unidos consiguió la independencia de Panamá.

En la Constitución de 1886, redactada por un liberal, Rafael Núñez, y un conservador, Miguel Antonio Caro, se pueden observar cuatro grandes rasgos fundamentales: el establecimiento de la unidad nacional, la preponderancia de la iglesia católica, las libertades individuales prácticas y bien definidas que no serán reales hasta entrado el siglo XX., el fortalecimiento de la autoridad mediante el restablecimiento del centralismo administrativo, reafirmando las ideas centralistas de las Constituciones de 1821 y1847. Esta constitución ha sido objeto de diversas reformas debido, por una parte, al dinamismo de la política colombiana, así como por las amplias mayorías oficialistas. La Constitución de 1886 establece que se podrá efectuar la reforma mediante un acto legislativo, discutido y aprobado por el Congreso en sesiones ordinarias, además tendría que ser publicado por el Gobierno para su examen definitivo en la siguiente legislatura ordinaria, donde se debatiría de nuevo, y se aprobaría con la mayoría absoluta de los integrantes de cada cámara. La Constitución colombiana también se pudo reformar a través del referéndum, como fue el caso de 1957.

Entre 1888 y1932 se realizaron diferentes reformas que en general tendían a reforzar los poderes del ejecutivo. En 1936 la reforma constitucional se orientó a hacer del estado colombiano un estado intervencionista. El Estado sería el encargado de llevar a cabo la racionalización de la producción, distribución y consumo de la riqueza.

La reforma de 1946-47, que se hizo en un clima de violencia política generalizada, reforzó el ejecutivo respecto al legislativo, en el que los grupos parlamentarios formaron las comisiones constitucionales permanentes.

La reforma de 1957 estuvo encaminada a la reconciliación y pacificación de la alterada vida política colombiana. Esta reforma se hizo a través de referéndum y se reafirmó el carácter legal del pacto político, conocido como Frente Nacional. En plena vigencia del Frente Nacional se procedió a reformar de nuevo la Constitución en 1968, buscando cierto reordenamiento del Estado en el ámbito administrativo, aumentando el poder de control de la rama legislativa sobre la ejecutiva a través, entre otros instrumentos, la Comisión Especial Permanente del Congreso que no funcionó por dificultades inherentes a su formación. También se indica que se integró al poder ejecutivo un elemento fuertemente discrecional para declarar el estado de emergencia económica.

En Colombia todos los aspectos clave de la coalición que dieron origen al Frente Nacional para facilitar una transición pasaron a formar parte de la Constitución en virtud de un plebiscito de 1957 (a excepción de la alternancia en la presidencia, que fue resultado de una reforma constitucional de 1959) La incorporación de grupos guerrilleros en el proceso político del país y las presiones de los que pedían reformas fueron impulsos muy importantes que culminaron con una asamblea constituyente y una nueva Constitución en 1991, que será de inspiración liberal.

LA VIOLENCIA

Desde 1810 hasta finales del siglo XIX se suceden constituciones con diferentes proyectos de organización estatal que enfrentan a liberales y conservadores. Después de un largo período de gobierno conservador (1884-1930), los liberales consiguieron el poder gracias a las divisiones internas del Partido Conservador. Fue precisamente la división de opiniones respecto a la trayectoria gubernamental liberal (1934-1946 especialmente la etapa 1934-1938 en que es van desarrollar conquistas importantes por parte de trabajadores rurales y urbanos). En Colombia el Partido Liberal de Alfonso López (1934-1938) promovió una serie de reformas constitucionales que respondían, por una parte, a la creciente crisis del país y, por otra, a limitados fines partidistas. Estas reformas limitaron la influencia de la iglesia, ampliaron el electorado en las zonas urbanas donde el partido era fuerte y también aumentaron la base de apoyo del partido dentro del movimiento obrero. Los conservadores no protestaron activamente ante la promulgación del sufragio universal para los varones por parte del Congreso dominado por los liberales, ya que tenían la esperanza de que la medida les ayudaría más que a los liberales a movilizar a los votantes del país, que seguía siendo predominantemente rural, con la ayuda del clero local.
A pesar de esto, la irrupción de nuevas fuerzas sociales y nuevas ideologías durante los decenios de 1930 y 1940 en un contexto de continuos temores a que un único partido fuese hegemónico en un sistema marcadamente presidencialista aceleró la polarización. Se desarrolló un proceso de violencia incitado tanto por los liberales (que se alejaban del poder después de ejercerlo durante 12 años consecutivos) como por las esferas oficiales, que persiguieron a los liberales en determinados departamentos. Pero fue el asesinato del liberal Jorge Eliécer Gaitán el hecho que hizo explotar la guerra civil más cruel de Colombia en la que murieron más de 300.000 personas y en la que se enfrentaban a muerte conservadores y liberales. Esta guerra civil se conoce con el nombre de ‘la violencia’, y comportó la ruptura del régimen (1949) y, finalmente el gobierno de los militares (1953-1957) dirigido por el general Rojas Pinilla con el apoyo de amplios sectores políticos y económicos del país. Después de un período de transición dirigido por una Junta Militar entre los años 1957 y 1958 se implantó lo se llamó como Frente Nacional.
Así pues, en 1930 Colombia superó la prueba clave de la competencia política por primera vez: el traspaso pacífico de poder de un partido político (Partido Conservador) a otro (Partido Liberal), aunque el resultado fue una nueva hegemonía de un solo partido y el régimen no consiguió superar otro traspaso de poder en 1946, que va acabó en guerra civil.


EL FRENTE NACIONAL

La transición de un gobierno de militares a finales de los 50 en Colombia fue muy parecida a la realizada en Venezuela. En ambos casos los partidos de la oposición firmaron pactos políticos en los que se daban garantías recíprocas de que no intentarían gobernar de manera hegemónica. De esta forma se resolvió el asunto de la competencia política, que era fundamental, si bien la solución acabaría causando problemas diferentes a los respectivos regímenes. En ambos casos un partido predominante (el Partido Liberal en Colombia y Acción Democrática en Venezuela) reprimió deliberadamente su fuerza potencial para facilitar la transición. También se dieron garantías a los actores económicos y a la iglesia de que se respetarían sus intereses. En este sentido, ambas transiciones conservadoras ayudaron a garantizar que los grupos que dominaban la economía no se sintiesen amenazados y, por tanto, se evitó que estos grupos recorrieran a los militares; a pesar de esto, de esta manera también se limitaron las posibilidades de poner en práctica importantes reformas sociales o económicas.
En Colombia, el acuerdo del Frente Nacional, que un plebiscito lo consagró constitucionalmente en 1957, garantizaba de manera estricta que ni los liberales ni los conservadores serían excluido del poder, a la vez que cortaba el paso a posibles nuevos partidos políticos. Los líderes de los partidos acordaron que habría paridad total en los tres brazos del gobierno. El Congreso, las asambleas de los departamentos y los consistorios municipales serían automáticamente la mitad liberal y la mitad conservador, y lo mismo con la judicatura; también los puestos del gabinete, los cargos de gobernador y los de alcalde se dividieron en partes iguales entre los dos partidos. Además, para la aprobación de la mayoría de las leyes se requeriría una mayoría de dos tercios. Finalmente, debido a que los conservadores no consiguieron ponerse de acuerdo para escoger un candidato con vistas a las elecciones de 1958 y debido a que la presidencia era un puesto importante, se acordaron alternancias en la presidencia de 1958 a 1974 (con lo que los conservadores tuvieron asegurada la última presidencia).
El acuerdo se puso en práctica mediante negociaciones por parte de las elites y su finalidad era desmovilizar a los seguidores sectarios de los partidos y poner fin a la violencia rural. El inmovilismo provocado por las restrictivas reglas del Frente Nacional y el miedo a las protestas populares fueron la causa de que la mayoría de los gobiernos del Frente Nacional impusiesen el estado de sitio. No se llegaron a hacer reformas redistributivas importantes ni se reforzaron las organizaciones del sector popular. De esta manera la naturaleza de la democracia del país estuvo restringida durante todo el período.
El período del Frente Nacional presentó las características de un sistema de partido único y de un sistema pluripartidista, así como de un sistema bipartidista. Al existir el requisito de que los presidentes fuesen de un partido designado, en cada una de las elecciones que se celebraron entre 1958 y 1970 era necesario que los dos partidos se pusieran de acuerdo. Así, este candidato oficial del Frente Nacional encabezaba un gobierno de dos partidos que parecía ser de un solo partido. Sin embargo, dentro de cada partido surgieron facciones se opusieron al Frente Nacional. Debido a que hasta 1968 la aprobación de la mayor parte de las leyes necesitaron una mayoría de dos tercios, la existencia de estas facciones diversas obligaba al presidente a negociar con lo que parecía un corrupto sistema multipartidista. Aun así, durante la totalidad de este período e incluso hasta finales de los 70 y en los 80, momento en que ya habían anulado caso todos los requisitos reglamentarios del gobierno de coalición del Frente Nacional, los dos partidos tradicionales continuaron obteniendo porcentajes notablemente constantes del total de votos en las elecciones.
No obstante, como consecuencia de una profunda transformación socio-económica (fruto de la urbanización, el crecimiento demográfico y el incremento de la alfabetización) que se vivía en aquel período, así como del propio acuerdo del Frente Nacional, la identificación sectaria de la población del país con los dos partidos políticos disminuyó de forma significativa. La importancia fundamental de los partidos para la vida política del país disminuyó a la vez que seguían ejerciendo un monopolio casi virtual en el terreno electoral. Aparecieron formas no electorales de oposición o se reforzaron las que ya existían: confederaciones obreras independientes de los dos partidos, movimientos de protesta cívica y movimientos guerrilleros. No obstante, el gobierno de coalición conservó su atractivo, por razones diversas, a ojos de los líderes de los partidos regionales (acceso al patronaje), de los principales grupos económicos (acceso a la formulación de la política que tendría que seguirse) y de los actores internacionales (aislamiento de la toma de decisiones).

El Frente Nacional acabó con la situación de violencia que provocó su nacimiento, pero falló en el intento de controlar la actividad de la guerrilla rural.

El Frente Nacional al que se llegó por consenso de los dos partidos políticos tradicionales se conformó después de la firma de los Pactos de Sitges y Benidorm; además de hacer frente al populismo rojista (Rojas Pinilla) que hacía peligrar sus clientelas clásicas, los partidos conservador y liberal quisieron asegurar su alternancia exclusiva en el poder cada cuatro años, en gobiernos bicolores de responsabilidades compartidas, excluyentes y sin oposición. Las sucesiones presidenciales durante este período estuvieron a cargo de Alberto Lleras, liberal (1958-1962), Guillermo León, conservador (1962-1966), Carlos Lleras, liberal (1966-1970) y Misael Pastrana, conservador (1970-19974).
Del Frente Nacional se puede decir que, después de haber prestado un servicio a la pacificación, extendió su influencia más allá de lo presupuestado y creó en la mentalidad ciudadana la impresión de que vivía bloqueada políticamente. No se emprendió una estrategia política de diferenciación entre los partidos Liberal y Conservador, que se centraron en la realización de prácticas clientelistas que perduran. El Frente Nacional propició de una manera más que evidente la imagen del Estado como un pozo de recursos. De esta manera, la pertenencia a cualquiera de los dos partidos, especialmente durante este período, pero también posteriormente, viene dada por la aspiración a una parcela de poder o a favores derivados de la estrategia clientelista. En Colombia la opción del Frente Nacional significó renunciar a les alternancias (que caracterizan a los sistemas democráticos). El esquema gobierno/oposición que se practica en las democracias occidentales salió mal ya que, al implantar el presidente Virgilio Barco el esquema gobierno/oposición con un gabinete monocolor, las encuestas demostraron que un gran número de colombianos consideraban muy arriesgado que participaran en el gobierno las dos formaciones políticas mayoritarias.

La elección del último presidente del Frente Nacional, el conservador Misael Pastrana Borrero, en 1970, demostró que el pueblo deseaba el cambio y de aquí el apoyo masivo recibido por el general Gustavo Rojas Pinilla, como candidato de la Alianza Nacional Popular (ANAPO), que pasaba de ser una simple unión de liberales y conservadores disidentes a convertirse en un partido político en 1971.
En 1974, el sistema constitucional del Frente Nacional se desmontó en relación a la composición del Congreso y a la alternancia en el ejecutivo, pero pervivió, gracias al artículo 120 de la constitución reformada. Además, el Frente Nacional dejó como última herencia al nuevo régimen la existencia casi permanente del estado de sitio (que permitió tanto actuaciones para reprimir a la guerrilla como para reprimir los movimientos de oposición y las expresiones de descontento popular), que intentó reducirse con la nueva constitución de 1991.

El primer presidente después del Frente Nacional fue el liberal Alfonso López Michelsen (1974-1978), su gobierno se caracterizó por la profunda división de su partido.

DESPUÉS DEL FRENTE NACIONAL

La etapa posterior al período del Frente Nacional ha estado caracterizada por la violencia política que se vive en el país, y que en ciertos ámbitos se considera como estructural, junto con un proceso de deslegitimación del sistema político favorecido por las prácticas clientelistas de los partidos tradicionales, así como por la corrupción y la inclusión de los narcotraficantes en las cámaras de representación y en la política del país.
Después del Frente Nacional el gobierno colombiano ha continuado en manos de los partidos tradicionales que han ocupado la presidencia de la república entre los años 1970-1982 y 1986-1998, sólo los gobiernos de Betancourt (1982-1986) y del actual presidente Andrés Pastrana han estado en manos de los conservadores.
Elecciones presidenciales colombianas 1970-1998

1970-1974 Misael Pastrana Partido Liberal.
1974-1978 A. López Partido Liberal
1978-1982 J.C. Turbay Partido Liberal
1982-1986 Belisario Betancourt Conservador
1986-1990 Virgilio Barco Liberal
1990-1994 César Gaviria Liberal
1994-1998 Ernesto Samper Liberal
1998- Andrés Pastrana Conservador

Si el Frente Nacional institucionalizó el bipartidismo y el exclusivismo político, junto a otras prácticas como el clientelismo y la corrupción, la promulgación de la nueva Constitución de 1991, que dejaba atrás las premisas del Frente Nacional y daba paso a una teórica participación de movimientos políticos y cívicos, no implicó cambios radicales en los gobiernos posteriores, que continuaron gravitando en torno a los partidos tradicionales o sus facciones, aunque se incorporaron a la vida política numerosos movimientos y partidos regionalistas. Tampoco se impidió volver a la dinámica clientelar anterior.

La incorporación de nuevas formaciones políticas a la vida colombiana se observa en las candidaturas presentadas en las elecciones para la Cámara de Representantes y para el Senado. En concreto, en la Cámara de Representantes (161 escaños) se presentaron 4.542 políticos de 107 partidos o movimientos inscritos en 692 listas electorales. Para Senado (102 escaños) se presentaron 3190 políticos de 78 partidos o movimientos inscritos en 318 listas. Además de la multiplicación de candidaturas, se observa el fraccionamiento de los diversos partidos. En el caso del Partido Liberal en el Senado, 152 de las listas presentadas correspondían a esta corriente. Este fenómeno de atomización también afecta al partido conservador. El fraccionamiento de los partidos liberales y la falta de credibilidad que arrastran han dado lugar en Colombia al surgimiento de movimientos independientes dirigidos por personalidades. Así, dentro del espectro político colombiano se pueden diferenciar tres bloques: liberales, conservadores e independientes.
A pesar de que el retorno al bipartidismo parecía un hecho en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 1998, los resultados evidenciaban la aparición de una nueva fuerza política representada por Noemí Sanín.
Votos %
Horacio Serpa 3.634.823 34,59
Andrés Pastrana 3.607.945 34,34
Noemí Sanín 2.824.735 26.88

Fuente: Registraduría Nacional de Colombia

Aunque en las presidenciales del 1998 el triunfo fue, finalmente, para los conservadores representados por Andrés Pastrana, la distribución del poder en el legislativo confirma el dominio de los liberales en las elecciones de marzo de 1998.

* Tanto en la categoría de Partido Liberal como de Partido Conservador se incluyen las diferentes facciones que forman parte de éstos.

** La Constitución del 91, en su artículo 171, explicita la existencia de dos senadores más elegidos en circunscripciones especiales para comunidades indígenas.
A pesar de la división entre liberales, conservadores e independientes, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes se observa la inexistencia de disciplina de partido, de forma que hay liberales con tendencias conservadoras, conservadores con tendencias liberales, independientes con tendencias liberales o conservadoras, liberales o conservadores con tendencias independientes, etc.
Las elecciones legislativas supusieron un éxito para personas relacionadas con medios de comunicación y con el mundo de la farándula, así como para movimientos de tendencias religiosas que consiguieron mantener los cinco escaños que ocupaban. Así, estas elecciones fueron un fracaso para aquellas personas relacionadas con el ‘Proceso 8000', resultado de las investigaciones sobre la presunta financiación por parte de los narcotraficantes de la campaña electoral del presidente Samper. Las elecciones parlamentarias no se realizaron en condiciones de normalidad en muchos lugares del país debido a las amenazas de la guerrilla y de los paramilitares, así como por la existencia de fraude electoral (se detuvieron 2.819 personas en relación con esta cuestión).

Las elecciones presidenciales y las elecciones legislativas presentan diferentes características respecto a las elecciones de las corporaciones locales, municipales y departamentales del 26 de octubre de 1997, que se caracterizaron por la introducción de un sexto ‘Tarjetón’ (papeleta) a favor de la paz (denominada como mandato ciudadano por la paz, la vida y la libertad). Las elecciones de octubre de 1997 tuvieron una tasa de participación altísima, de diez millones y medio de personas aptas para votar votaron diez millones. Fue un voto de rechazo a la violencia y de confirmación de la voluntad de la población de vivir en paz. Esta participación fue puntual y en las elecciones presidenciales y legislativas del 98 se registraron niveles de abstención relativamente bajos. El aumento de la participación sobre años anteriores puede ser la causa de los mecanismos instaurados para favorecer el voto (reducción del servicio militar, ventajas en conceptos diversos como ingreso en la universidad, o solicitar una beca). En las elecciones municipales los liberales conservaron sus posiciones políticas, obtuvieron el 43.8% de las alcaldías más un 15.6% de alcaldías en coalición. Por su parte, los conservadores continuaron su retroceso aunque se mantenían como primer grupo minoritario del país. Los partidos y movimientos de izquierda fueron objeto de amenazas para disuadirles de presentar listas como de presentar candidatos. Por ejemplo, el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), antigua guerrilla desmovilizada no inscribió candidatos en Sucre al ser asesinados sus aspirantes y en el centro de Bolívar sufrieron atentados. Dentro de estos partidos y movimientos de izquierda que se presentaron en las municipales se señala el triunfo de los candidatos del Movimiento Esperanza, Paz y Libertad (el antiguo EPL).

sábado, 24 de mayo de 2008

ALFONSO LOPEZ MICHELSEN


ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN

Alfonso Antonio Lázaro López Michelsen (Bogotá, 30 de junio de 1913 - 11 de julio de 2007). Abogado y presidente de Colombia (1974-1978).
Hijo de las dos veces presidente de Colombia,
Alfonso López Pumarejo. Estudió en el Gimnasio Moderno y en la Universidad del Rosario, donde obtuvo su título de Abogado. Durante los gobiernos de su padre se mantuvo alejado de la labor política y se dedicó a la academia, convirtiéndose en profesor de Derecho Constitucional de la Universidad del Rosario y a su profesión de abogado donde enfrentó una polémica en 1943 por representar a los accionistas colombianos de la compañía holandesa Handel acusado de favorecerse con una transacción de acciones de esta compañía mientras su padre Alfonso López Pumarejo ejercía la presidencia de la república.
Salvo por su participación como concejal de
Engativá en 1938 se puede considerar que López Michelsen empieza su vida política pasados los 40 años; para muchos el comienzo tardío en la política es consecuencia de las acusaciones del caso Handel.
Este caso en particular, es ampliamente descrito en la obra "El Mesías de Handel", de Enrique Caballero Escobar. Fue esta, una razón adicional que obligo a su padre Alfonso López Pumarejo, a presentar renuncia irrevocable al cargo de presidente de la republica en 1945.
Durante el gobierno de
Mariano Ospina Pérez (1946-1950) la acentuada violencia política obliga al ex presidente López a salir del país luego del incendio de su casa, su hijo Alfonso le acompaña en el exilio a México. En este país López Michelsen se dedica a la literatura a través la novela y el ensayo político y jurídico.
AÑOS 60: EL MRL (MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO LIBERAL) Y LA GOBERNACIÓN DEL CESAR
Tras la caída del General
Gustavo Rojas Pinilla en 1957, los López regresan al país. En 1959 un grupo de sus antiguos estudiantes del Rosario funda el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), como reacción al pacto del Frente Nacional en el que participaba su partido, el Partido Liberal Colombiano, y en el que López Pumarejo, recientemente fallecido, había sido gestor principal; se le ofrece orientar y dirigir el nuevo movimiento, y López Michelsen acepta el reto político. Hasta ese entonces, su única ambición era alcanzar la rectoría de su Alma Mater. Es elegido Representante a la Cámara en 1960 por el MRL y se presenta como candidato a la Presidencia en 1962, siendo ampliamente derrotado por el conservador Guillermo León Valencia.
En 1966 es elegido senador, y logra pactar el regreso del MRL al oficialismo de su partido un año después, siendo nombrado por el Presidente
Carlos Lleras Restrepo como el primer gobernador del recién creado departamento del Cesar; durante su paso por este cargo funda junto a Consuelo Araujo Noguera y Rafael Escalona el Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar, desde entonces es reconocido como uno de los principales conocedores y defensores de la música vallenata en Colombia. Un año después asume la cartera de Relaciones Exteriores, hasta el final del gobierno de Lleras, en 1970. El 16 de septiembre de 1966 participó en la ciudad de Medellín, como profesor, en la fundación de la Universidad Autónoma Latinoamericana, UNAULA, primera universidad colombiana que puso en vigencia los principios filosóficos del Manifiesto de Córdoba: cogobierno de estudiantes y profesores, libre cátedra, libre investigación científica, libre aprendizaje y vinculación de la universidad a los problemas de la sociedad.
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA (1974-1978) “EL MANDATO CLARO”
Para las elecciones de 1974 se presenta como precandidato de su partido, y logra la candidatura al derrotar al ex presidente Lleras Restrepo y luego del retiro de
Julio César Turbay, quien lo respalda. Ganó las elecciones por amplia mayoría sobre el candidato conservador Álvaro Gómez Hurtado y la candidata de la ANAPO María Eugenia Rojas; como dato curioso, los tres dirigentes eran hijos de ex presidentes. Como un detalle inolvidable de su fina irreverencia, se recuerda su discurso de posesión el 7 de agosto de 1974 cuando, al tocar el candente tema del diferendo limítrofe con Venezuela en relación con el Golfo de Venezuela, lo llamó "Golfo de Coquivacoa", haciendo referencia así a su nombre indígena originario.
Durante su gobierno Colombia tuvo una segunda bonanza cafetera, pero a su vez altos niveles de inflación, además durante su periodo se inició la apertura para que las mujeres inicien la carrera militar voluntariamente, creó el HIMAT y el INCORA, estableció la mayoría de edad a los 18 años y restableció las relaciones de
Colombia con Cuba.
Participó internacionalmente en la firma del
Tratado Torrijos-Carter que garantizaba la futura devolución del Canal de Panamá por parte de los Estados Unidos a Panamá.
El
14 de septiembre de 1977 afrontó un Paro Cívico Nacional en protesta por las medidas antipopulares de su gobierno, se sabe de la muerte de varios sindicalistas y trabajadores heridos a manos de la fuerza pública, López Michelsen ese día impuso el toque de queda, este paro es recordado por los grupos de izquierda de Colombia por ser uno de los más grandes y por la acción brutal de la fuerza pública.
Al finalizar su mandato en 1978 reasume las riendas de su partido y se presenta a las elecciones de 1982 por el
Partido Liberal que dividido con la candidatura disidente de Luis Carlos Galán Sarmiento del Nuevo Liberalismo fue derrotado por el candidato conservador Belisario Betancur, quien lideró un movimiento que convocó sectores políticos que iban más allá de su partido
Reconocido por muchos como uno de los principales pensadores contemporáneos de Colombia, se decía que cada vez que López hablaba, "ponía a pensar al país".
Luego de retirarse de la política activa, tras rechazar ser candidato a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, emprendió una fuerte campaña en favor del intercambio humanitario desde 2002 y volvió a la plaza pública para respaldar a su partido, el
liberal en las elecciones de 2006; así mismo en 2005 participó a favor de la aprobación de una ley que otorgaba derechos patrimoniales a las parejas homosexuales. En sus últimos días fue miembro Honorario de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y colaborador del periódico El Tiempo, en el cual mantenía una columna dominical.
Alfonso López Michelsen murió en su casa en la ciudad de Bogotá el 11 de Julio del 2007 a las 4:00 a.m, por causa de un infarto; el 12 de julio fue velado en el Capitolio Nacional, donde fue acompañado por cientos de simpatizantes y el 13 de julio fue sepultado en el Cementerio Central de Bogotá.
CURIOSIDADES
López Michelsen era conocido como "El Pollo" López, en referencia a que el "gallo" político de la familia era su padre el ex Presidente López Pumarejo; este apelativo adquirió aún más popularidad cuando Rafael Escalona compuso el paseo "El Pollo" en 1973 para que fuera utilizado en la exitosa campaña presidencial de 1974.
Desde su creación en 1968, López Michelsen nunca faltó a un Festival de la Leyenda Vallenata; aún en 2007, prefirió viajar a Valledupar que participar en el Congreso Nacional del Partido Liberal, que se celebraba en Medellín el mismo fin de semana.
Para las elecciones de 1986, López Michelsen emprendió una campaña para convencer al ex ministro
Virgilio Barco de postular a la Presidencia; pese al rechazo de Barco, al ser preguntado López por los medios acerca de la candidatura liberal a la presidencia éste respondió:"Y si no es Barco ¿quién?"; días después Virgilio Barco aceptó la candidatura.
Durante su administración, Alfonso López Michelsen decretó la emergencia económica para corregir el déficit fiscal, estableciendo un control de gastos de los institutos descentralizados; eliminación de subsidios y reducción del Certificado de Abono Tributario (CAT). Realizó la reforma tributaria y fiscal; estableció el impuesto de ganancia ocasional; triplicó el ahorro nacional; la inversión pública aumentó en un 61% y se incrementaron las exportaciones. A pesar de las medidas encaminadas a detener la inflación, ésta alcanzó el índice más alto de la historia. Por otra parte, López fortaleció las condiciones internas de la economía campesina para retener a esta población en su medio, logrando un aumento del 16% en la producción agrícola. Otorgó 986 títulos y se firmaron 4700 contratos de asignación de tierras; y el crédito agropecuario ascendió a 21 mil millones de pesos. Creó el Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras (HIMAT), y el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA) recibió los distritos de riego.
Se aumentó en un 200% el salario mínimo en el campo y en la ciudad; se otorgó personería jurídica a 1100 sindicatos; se aumentó en un 40% la capacidad de energía eléctrica; se cambió la figura de "concesión" por la de "asociación" para la exploración petrolera; se construyeron gasoductos y oleoductos por 69 millones de dólares; se estructuró un plan de generación de energía de 2800 millones de dólares; se realizaron planes de vivienda para 246 mil familias; se destinaron 15 412 millones de pesos a planes de salud y se abrieron 30 nuevos hospitales; se destinaron 58 mil millones de pesos para la educación; se creó un millón de cupos para los cuatro niveles educativos; se invirtieron 2706 millones de pesos en construcciones escolares; se destinaron 6643 millones de pesos para vías de comunicación y 1432 millones para mejorar los puertos marítimos: Además, hubo bonanza cafetera y se abrió la carrera militar para la mujer.

Por otra parte sostuvo una campaña en la cual planteaba que la opinión publica debe saber con antelación cuales son los propósitos de un aspirante a la primera magistratura, en otras palabras deben discutirse los programas de gobierno, lo cual para López Michelsen constituye el Mandato Claro.

Lo que a nosotros nos deja evidenciar una forma sana en cuanto a la dirección o manejo de nuestros dirigentes.

Por otra parte cabe señalar que nuestros dirigentes siguen usando este método o ideología, llamado el mandato claro, evidenciado en las épocas de proselitismo político por cada uno de los candidatos, ya que firman ante las notarias correspondientes lo que será su programa de gobierno, dándolo a conocer públicamente, por diferentes medios.


Con la muerte de Alfonso López Michelsen, el año pasado, se cerró un largo capítulo de la historia oficial de Colombia, que marcó el siglo veinte. Es un cierre con formalismo, porque la historia de Colombia sigue siendo la misma. Se arrastra, una larga e interminable guerra. Infinita. Y menos fin tendrá mientras intervenga Estados Unidos como mentor de las oligarquías. Un aspecto característico de este cierre y apertura de otro proceso, de la transición uribista, el gobierno de Álvaro Uribe, es que los herederos oligarcas se unieron a grupos mafiosos para dirigir un Estado tutelado por Estados Unidos y su casta ultra conservadora.
En el largo capítulo de esta historia colombiana hay que destacar hoy los sesenta años que se cumplen de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, un caudillo liberal que en vida, y particularmente tras su muerte, marcó la historia de Colombia. La muerte de Gaitán fue el 9 de abril de 1948. Pareciera que sesenta años no son nada, y en verdad son bastante.Recapitulemos: López Michelsen, fue una figura del liberalismo, y uno de los “hijos del Ejecutivo”, como se estila llamar en Colombia a quienes son herederos de sangre y de hecho de los primeros cargos del país. A lo largo de su vida fue visto como teórico, buen ensayista, de la política, el manejo del Estado, oligárquico por supuesto, versado en vallenato y también estudioso del bolero, género musical latinoamericano.
Así López Michelsen fue entre otros detalles de su larga vida y abultado currículo, Presidente de Colombia, Canciller y primer gobernador que tuvo el Departamento del César, cuando Valledupar y áreas de influencias dejaron de ser La Guajira y asumieron carácter departamental. Así pulió sus conocimientos sobre vallenato. Fue padrino de vallenateros, y a su lado, en estos menesteres culturales del vallenato, estuvo la familia Araujo Noguera, actualmente afectada por el llamado "affaire" de la parapolítica, que le costó el cargo a la cancillera de la familia, y que tantos dolores de cabeza da al Presidente Álvaro Uribe.

Lo sustancial del legado del expresidente López Michelsen es su larga fidelidad a la oligarquía política de la cual fue heredero, además de un continuador de su permanencia en la estructura del poder social en Colombia. Como joven profesor y abogado litigante, López mereció el apelativo endilgado por Gaitán: hijo del ejecutivo.
Por acción u omisión, más allá de su exoneración jurídica, el hijo de López Pumarejo, contribuyó con sus habilidosas relaciones con la Handel a la caída del segundo gobierno de su padre, envuelto en una bruma de corrupción y desafecto de la opinión pública. Eran los tiempos en que ejercía la cátedra de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional y barruntaba sus apuntes en libros, que muestran muy temprano su decidida apuesta por el legado hispano colonial y sus propuestas sobre el Estado fuerte. Fue un cultivador en el jardín de las ideologías históricas de la leyenda rosa de la dominación española.

En sus memorias, García Márquez, al referirse a los “maestros de grandes nombres”, se expresa así del expresidente: “Entre ellos Alfonso López Michelsen, hijo del único presidente colombiano reelegido en el siglo XX, y creo que de allí venía la impresión generalizada de que también él estaba predestinado a ser presidente por nacimiento, como en efecto lo fue”. Una manera de evocar lo que ha estado establecido en Colombia desde el siglo XIX: la herencia familiar del poder político de la oligarquía liberal-conservadora, a través de los llamados delfines, hijos del ejecutivo, parientes y una telaraña de intereses en la constelación de los poderes. El nepotismo para ejercer la dominación como algo establecido, normal, natural y lógico. En el porvenir veremos reaparecer al delfín, Alfonso López Caballero, reclamando como algo obvio, con todos los méritos que le da ser miembro del club, el ser nominado como candidato a inquilino del palacio de los presidentes.
Así las cosas, es lógico que López Michelsen fuera acérrimo opositor de la reforma agraria, no sólo la del presidente Lleras Restrepo, sino de todo tipo de reforma agraria en Colombia, y partidario de la vía capitalista en la agricultura, manteniendo la gran propiedad territorial latifundista y de hacienda. Su apología a la sociedad rural, tan oportuna en resaltar el folclor regional popular, le servía no obstante, para exaltar los valores de una oligarquía territorial de grandes familias.
Vivió para ver la fusión y complicidad de esta capa social con los nuevos hacendados y ricos, provenientes del narcotráfico y el crimen organizado. Y la irrupción de la ‘‘parapolítica’’, en la entraña misma del establecimiento que él defendió, con innovaciones de cambio que a la postre, eran de la estirpe del Gatopardo: que todo cambie para que todo siga igual.
Con el MRL, Movimiento Revolucionario Liberal, de oposición al Frente Nacional, López se erigió en un crítico brillante e incisivo de la nueva violencia, la supo analizar en sus mejores escritos políticos, como Vida, pasión y muerte del Frente Nacional, en que muestra como la vieja violencia liberal-conservadora, se ejercía por parte del Frente Nacional contra los disidentes del MRL y del campesinado. Además mostró el espectro social de esa nueva violencia. Esta actividad de escritor la mantuvo toda su vida, haciendo gala de su formación histórica y política, con un afán permanente por la actualidad internacional.Otra dimensión suya es la de haber defendido los logros de la Revolución Cubana y haber reestablecido las relaciones diplomáticas con la isla en su gobierno. Como Canciller de Lleras Restrepo, y luego como presidente, acentuó un propósito de solidaridad con la recuperación del canal de Panamá, así como su acción en la paz de Centroamérica, reconociendo el papel de la revolución Sandinista. No obstante, el gobierno de López Michelsen fue sencillamente reaccionario. Su máxima propuesta fue la famosa “pequeña constituyente”, un cenáculo bipartidista para reformar el Estado, que afortunadamente fracasó y que dejó maltrecho su prestigio como constitucionalista.
A los conflictos laborales y estudiantiles les dio tratamiento de movimientos subversivos, contra el orden público y con el expediente del Estado de Sitio reprimió la protesta y conculcó las libertades públicas, hasta llegar al paro cívico del 14 de septiembre de 1977, hace 30 años, el levantamiento urbano más importante desde el 9 de abril, con un saldo cuantioso de heridos, muertos y presos. Y el presidente exhibiendo tachuelas en la televisión, como prueba reina del propósito subversivo del paro, escena de la picaresca, que hizo las delicias de las caricaturas del maestro Osuna en El Espectador.
En la búsqueda de la reelección presidencial, se vio envuelto en relaciones peligrosas con la presencia del narcotráfico en su campaña, comenzando un nuevo ciclo político de la vida nacional signado por esta siniestra corrupción de las costumbres. El legado de senectud de López fue el del acuerdo humanitario, al que se dedicó con porfía. En sus escritos sobre este tópico desplegó creatividad jurídica y política, constituyendo su verdadero testamento político.



ASPECTOS GENERALES DEL PLAN DE DESARROLLO

El plan de desarrollo social económico y regional 1975-1978, tenía como objetivo central lograr un crecimiento de la economía que generara creación masiva de empleo y beneficiara “al cincuenta por ciento más pobre de la sociedad colombiana”. Según el doctor López Michelsen desde la década de los años treinta el país había tenido planes de desarrollo que se orientaron a proporcionar “un apoyo decisivo y una alta protección al sector moderno de la economía”.
Este fenómeno había implicado descuido del sector rural y ninguna solución a los problemas de los trabajadores agrícolas sin tierra o minifundistas. Este modelo de desarrollo basado en el estímulo a la industrialización “también fue dejando al margen de los beneficios del crecimiento económico, y por fuera de la economía moderna, a un numeroso grupo de personas en ciudades cuya población ha aumentado a un ritmo inusitado”.
Basado en las anteriores premisas planteó la urgencia de atenuar las desigualdades existentes entre campo y ciudad “reducir las brechas entre los barrios ricos y los barrios pobres, la brecha entre los que tienen acceso a los servicios de salud y educación, y los analfabetas y desnutridos”.
Para el logro de lo anterior la inversión pública se canalizaría prioritariamente al sector rural y a las ciudades intermedias. Dentro de ese orden de ideas, los planes sectoriales de salud y educación serían pilares importantes en el logro de los objetivos del plan general. El postulado que orientó esta estrategia fue muy claro: “se ha considerado que, a largo plazo, la* Investigador CIUP. Licenciado en Historia. Universidad del Rosario. Estudios de política de empleo más efectiva es dotar a la fuerza de trabajo de buena educación y buena salud con el fin de hacerla empleable”.
Los planes nutricionales irían en consonancia con los del sector educativo para aumentar las capacidades intelectuales de los educados. Acerca de las implicaciones de la desnutrición en el rendimiento escolar, afirmaba el plan: “Este fenómeno puede ser, precisamente la explicación de una parte sustancial de las bajas tasas de retención escolar y del hecho de que una gran masa de niños repita los primeros años de primaria”.
Otro de los supuestos del plan general que buscaba la integración con los planes sectoriales educativos planteaba “una apropiada política de alimentación y nutrición aumenta la productividad de las inversiones en educación, por cuanto no sólo acrecienta la capacidad de estudio y asimilación de los alumnos sino que también reduce las actuales tasas de deserción escolar”.
La nacionalización de la enseñanza

Una de las normas más importantes que se emitieron durante la administración López M., fue la Ley 43 del 11 de diciembre de 1975. La medida dispuso que la educación primaria y secundaria oficial sería en adelante “un servicio público a cargo de la Nación”. Es decir, todos los dineros que tradicionalmente gastaban los departamentos, intendencias y comisarías, el Distrito Especial de Bogotá y los municipios por este concepto, estarían en el futuro a cargo del fisco nacional. La ley dispuso que a partir de esa fecha la creación de nuevas plazas para maestros con cargo a la Nación se hiciera directamente por parte del Ministerio de Educación Nacional y redistribuyó el porcentaje que por concepto de impuesto a las ventas correspondía a cada administración regional. Igualmente, revistió al Presidente de la República de facultades por un período de doce meses, para que dictara el estatuto docente y estableciera su régimen salarial y prestacional. La medida dispuso también que las prestaciones del personal docente y administrativo causadas hasta esa fecha, estuvieran a cargo de las administraciones regionales. La Nación les concedía un plazo de 10 años para cancelar al Tesoro de la República el monto de dichos derechos. Así mismo, a partir de 1976 la Nación absorbería los gastos de funcionamiento por concepto de personal de la educación, inicialmente en un 200/o incrementándose año por año hasta completar el 1000/o en el año de 1980.

LA REESTRUCTURACIÓN DEL SECTOR EDUCATIVO

El plan sectorial del gobierno de López Michelsen, teniendo en cuenta los objetivos para la educación primaria (énfasis en las áreas rurales, promoción automática, mejoramiento de la calidad de la enseñanza, universalización o incrementos presupuéstales) planteó como una de las principales políticas la de “reestructurar el sistema educativo en sus diferentes niveles y modalidades, en busca de una mayor coherencia interna y de la adecuación de los programas al contexto socio-económico y características de los educandos”. La reestructuración anunciada en el plan se implementó en virtud del Decreto No. 088 de 1976. La medida organizó el sistema educativo en cuatro niveles: educación preescolar, educación básica, (primaria y secundaria) educación media e intermedia y Educación superior. La educación básica compuesta por cinco grados de primaria y cuatro de secundaria, se impartiría a la población escolar a partir de los 6 años de edad, y orientaría la vocación de los alumnos. Los cinco grados de primaria serían obligatorios y gratuitos en las escuelas del Estado. El Artículo15, definió la educación como un “servicio público en cumplimiento de una función social”.






RESPUESTAS DE LAS PREGUNTAS EXPUESTAS POR EL DR. QUINTERO

1. ¿Cuál es, a su juicio, el más grave problema político en Colombia? Cómo lo describe usted.

CORRUPCION Y ADMINISTRACION DE JUSTICIA EN COLOMBIA

Si bien la administración de justicia no ha podido superar la corrupción, si se han conseguido algunos avances en la lucha contra esa calamidad al interior de la rama del poder público que más debe combatirla con la preceptiva superior, la preparación, la ética y la ecuánime voluntad de servicios como únicas armas, mientras desde el otro lado proliferan los suficientes capitales de dañada procedencia dispuestos a la repartida entre quienes sucumban a la oportunidad de percibir beneficios ilícitos para sí o para otros, a cambio de utilizar dolosamente su posición para realizar un acto contrario a derecho, abstenerse a ejecutar el que le corresponda en el probo cumplimiento del deber, recibir prebendas por los que desinteresadamente deberían efectuar, constreñir a los asociados o malversar los bienes de la comunidad en una época deplorablemente caracterizada por la fragilidad moral.
La justicia es ciertamente ciega y también sorda y muda y tiene una pata de palo. Probablemente queriendo significar que puede acarrear los mismos defectos figurativamente físicos, como la cojera, que popularmente se le predica de que son posibles los seres de carne y hueso, a los que se le han encomendado aplicar. Pero para tratar de neutralizar los riesgos de desacierto propios de la falibilidad del hombre y de la mujer en los procedimientos judiciales, se han venido implantando una serie de mecanismos por cuyo intermedio se procura llevar la providencia inicial a conocimiento de funcionarios que han de poseer mayor experiencia y capacitación, en ocasiones colegiados para que l disminuya aún más el peligro de error y de parcialidad, distancia que se estima necesaria así sea a costa de la economía, la serenidad y eficiencia de la administración de justicia y aun de la seguridad jurídica, sin que tales funcionarios y corporación de mayor jerarquía dejen de ser falibles ni puedan indefectiblemente predicarse, por adicionales revisiones que se instauren que la ultima determinación será ciento por ciento la acertada. La justicia en Colombia es onerosa y es onerosa porque se malgasta mucho de sus recursos humanos y se repiten muchas de sus actuaciones, Las comunidades tienen entonces que estar conscientes de que los conflictos son resueltos dentro de las limitaciones e imperfecciones dimanadas de la condición humana, sin perjuicio de procurar todos los elementos que apuntalen el proceder que mejor garantice establecer la verdad y pronunciar determinaciones certeras oportunas y justas.

2. ¿Se intentan soluciones? ¿Cuáles conoce usted? Qué opina sobre su eficacia.

Está demostrado que la sola represión de la conducta no ha funcionado, por tanto se deben introducir algunos cambios organizacionales, además de los existentes, que inhiban esa proclive tendencia a la corrupción, nótese que el control no implica siempre represión, como equivocadamente se cree, tenemos entonces:
· Incrementar la efectividad de la supervisión, para que los responsables puedan supervisar de manera efectiva el trabajo de sus subordinados.
· Rotar a los funcionarios, para asegurar que ninguno de ellos permanezca por mucho tiempo en el mismo puesto.
· Realizar inspecciones sorpresivas en los lugares de trabajo.
· Tomar medidas adecuadas de seguridad para evitar que personas no autorizadas tengan acceso a las dependencias públicas.
· Revisar permanentemente las medidas anticorrupción con el objeto de introducir las reformas necesarias. Dinamismo en las medidas, que vayan al día con el fraude.
· Medición de la eficiencia de los organismos haciendo énfasis en los resultados obtenidos, y no a los recursos utilizados.
· Modificaciones en los sistemas de contratación estatal.
Si, pero, ¿Sus medidores si son reales y nos conducen a algo? Hablar de medidores de los controles de la administración en ocasiones nos arroja cifras que normalmente ni entendemos, el uso continúo de indicadores, bajos o negativos regularmente, generan al interior de la administración desmoralización y desidia, al notarse que las cosas se hacen pero no se cumplen metas ni objetivos.
El objetivo de un indicador es que, a partir de su utilización puedan conocerse algunos resultados que brinden información comparativa respecto del nivel de eficiencia y eficacia, conque son producidos por el Gobierno Nacional los bienes y servicios que están bajo su órbita de responsabilidad, como así también de la demanda insatisfecha o de los impactos de sus políticas en la sociedad. Los indicadores deben ser una herramienta útil en el proceso de evaluación, contribuyendo a visualizar logros y falencias de gestión de cada dependencia gubernamental, ya sea por que se los compara con valores correspondientes a años anteriores. Con un Standard internacional de organismos semejantes o con respecto a lo presupuestado. Además, se busca que constituyan un elemento adicional al proceso de toma de decisiones gubernamentales, y porqué no, legislativas. Indudablemente los controles son buenos, pero como todo lo hecho por el hombre trae unas consecuencias buenas y malas, sobre las buenas ni nos ocuparemos, digamos que son conocidas por todos, pero las malas generadas fundamentalmente, son desastrosas. Detengámonos tan solo en la introducción de la expresión "ignorancia supina", tan solo con esa sencilla frase se puede hacer del funcionario investigado un perfecto integrante del carnaval de investigaciones y sanciones propias de nuestro tiempo. los servidores públicos en el acontecer diario toman decisiones, la entrada en vigencia de la Ley de marras, y ese temor a su imperio los obliga no solo a pensar bien, sino que en ocasiones por temor no deciden, fatal aspecto pues hasta por omisión los sancionan. Los excesivos controles de la Administración han producido una alta deserción de buenos y duchos profesionales al servicio del Estado, le temen a los controles, pues siempre reposará en sus cabezas la espada de Damocles, es sencillo "palo porque boga y palo porque no boga". El Estado antes que gastar recursos en sancionar, debe invertirlos en prevenir y capacitar a sus servidores.

3. ¿Su interés en la evolución política del Estado colombiano es apenas teórica? O tiene un interés especifico en conocerla?. Explique las razones

Mi interés esta enfocado a dar soluciones concretas y participar del verdadero entorno del ciudadano del común que tienen mucho que aportar como lo haré a continuación.
La idea de que los intereses públicos y políticos solo pueden ser expresados bajo la forma de leyes, que representan la voluntad general y buscan el bien común, es retroactivo desde el punto de vista socio cultural de nuestro país ya que el estado lo somos todos los colombianos y no una minoría de partidos políticos desangrados por la corrupción. El Estado atiende a una voluntad general y por consiguiente a su bienestar y a la búsqueda de las condiciones de armonía y equilibrio entre los agentes de la sociedad.
Esta condición el estado la debe garantizar traduciéndola en seguridad social y
de forma integral, por lo que efectivamente el bien público primordial que el Estado debe proveer es el orden, entendido este como el perfecto funcionamiento y respeto a las formas jurídicas que norman la organización y estructura de los órganos gubernamentales y las relaciones de subordinación entre sus servidores, así como el estricto cumplimiento de las formas legales en todas las relaciones que se susciten en el conglomerado social. Así en una situación de orden, los poderes públicos son respetados como instituciones, las personas que lo encarnan, así como, la adecuada defensa del régimen y de los derechos fundamentales de los ciudadanos, la paz social y la tranquilidad pública. No es el régimen político. Basado en la forma de la distribución de la riqueza y de la propiedad de los medios de producción, así como, en las formas de representación y como surgen las decisiones para cumplir con los objetivos de dicho régimen, pues este puede cambiar, el Estado permanece. No es el gobierno. Pues en sentido material, es el equipo de hombres que detentan el poder. Los gobiernos acaban mientras el Estado subsiste. No es el poder, El poder político es un atributo esencial del Estado, aunque este concepto se encuentra aún mas relacionado con el de soberanía. Nuestra Constitución establece que la soberanía que es el poder supremo radica en el pueblo el cual tendrá en todo momento el derecho de cambiar su gobierno.
En todo caso la realización de la "política pública" de los objetivos del Estado, es tarea que en realidad comparten los ciudadanos, los partidos políticos, las asociaciones, los órganos gubernamentales y los servidores públicos, los órganos de opinión pública, los grupos de intereses económicos, así como todos los agentes sociales que convergen en la estructura de un estado.

jueves, 1 de mayo de 2008

Bienvenidos

Hola compañeros, deseo que a medida que avancemos en nuestros conocimientos, los apliquemos en nuestras vidas, para que seamos Administradores Publicos honestos y de buen servicio a la comunidad.
Que Dios los bendiga.